En cada día, hay un reto que debemos enfrentar para nuestra propia superación personal, para
esto, debemos vencer todo obstáculo y dificultades que se nos puedan presentar. Sin desafío no
hay adelanto, y en la vida es indispensable tomar dominio, superarnos y progresar en todas las áreas, espíritu, alma y cuerpo. La palabra de Dios es clara al decirnos que es bueno que seamos prosperados en todas las cosas, y que tengamos salud, así como prospera nuestra alma.
(3 Juan 1:2)
Debemos vivir siempre con grandes expectativas, amor por aprender cada día más y tener claro
que nuestra superación depende de cuánto interés y confianza tengamos en nosotras mismas.
Tenemos que dar un paso firme y audaz al caminar cada día hacía nuestra superación personal. Hay que dejar los temores, es el tiempo de avanzar, conquistar, romper con los límites y ensanchar el camino que tenemos por delante. No ser conformes con lo que somos ahora, el
mañana será diferente de acuerdo al empeño que pongamos en nuestra propia superación.
El poder divino de DIOS que está dentro de nosotras nos mueve a mejores tiempos, a grandes
victorias. Tomemos la actitud de levantarnos, de superarnos y ver en cada reto un logro diferente. ¡LEVANTATE, ES TU TIEMPO!
Que el resplandor de Dios brille sobre tu rostro,
La amada de Dios, Isabel
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